Buenos días, amigos del murciélago.
Hoy me dejo de penas y de vergüenzas y vuelvo a mi papel de juglar. Los juglares son necesarios, incluso cuando la vida se desmaña y pasa de ser simplemente aburrida a ser una auténtica pesadilla. Es más, en esos momentos el juglar tiene mayor importancia, porque es el que transmite y el que consigue que la gente sepa, que la gente recuerde; o que la gente se evada u olvide por un momento las penas, y puedan seguir adelante con sus maltrechas vidas sin que la locura se apodere de ellas.
Si no fuera por tantos y tantos juglares que me han alegrado la vida, o que me han hecho reflexionar sobre ella… no sé qué sería de esta pequeña rata voladora.
El cuento que hoy os traigo es un pequeño homenaje que quise hacer a las figuras de Sancho y Quijote. La verdad es que es la primera vez que lo declaro, a pesar de que muchos ya lo han leído. Nadie comentó nunca nada al respecto, así que me toca hacerlo a mí. Por supuesto, es un “homenaje”, con lo cual he construido dos personajes con mi propio estilo, que se mezclan en una situación muy determinada.
Dos cosas que quería comentar sobre este relato:
Primero: El tema. Es importante establecerlo desde el primer momento. Muchas veces no se decide de forma premeditada, sale sólo. El objetivo es que, a medida que vayamos recorriendo millas escribiendo cuentos, las elecciones inconscientes pasen a ser conscientes. Es decir; saber de qué queremos hablar. En este caso abordo el tema de los sueños infantiles frente a una vida desaprovechada.
Y segundo: destacar la importancia de la estructura narrativa. Hay muchos estilos y formas que se pueden seguir. Normalmente uno las sigue por instinto narrativo (igual que se elige el tema), y solemos tender a lo sencillo (que suele ser lo que al final funciona mejor). Pero no está de más que los aprendices de juglar que lean estas líneas practiquen un poco sobre ello.
A los que hayan leído “Rayuela”, de julio Cortázar, les sonará el asunto; o “cien años de soledad”, de García Márquez ; o, por poner un ejemplo más actual, el “Nocilla Dream” de Agustín Fernández Mallo (que practica lo que él llama “novela fragmentada”, de la que ya hablaremos otro día); o tantas y tantas obras tan y tan diferentes. A lo mejor no habéis pensado mucho sobre ello, pero seguro que lo habréis percibido. Siempre hay una estructura. Incluso la aparente falta de ella es una estructura en sí misma, producto, generalmente, de una decisión muy estudiada.
Pues bien, sin ánimo de compararme con ninguno de esos grandes escritores, aquí tenéis mi relato. Escrito con la intención de seguir una pauta narrativa muy concreta (sin dejar de ser sencilla). Simplemente tenéis que pensar en la trama como en un diagrama. ¿Qué forma tiene? Me pongo como ejemplo sencillo para que extrapoléis todo esto a otros trabajos que leáis.
Al que lo acierte (creedme, es muy sencillo), le dedicaré mi próximo relato.
Y me dejo de monsergas, que aquí vamos a lo que vamos:
TAXISTAS, DETECTIVES, ESPÍAS, ESCUDEROS... Y HOMBRES CON MALETÍN
"El señor Jenofonte lleva esperando un rato cuando ve salir al hombre del maletín. Corte de pelo, traje y corbata baratos. Pero el maletín, el maletín es lo importante. El hombre saca una llave del bolsillo y bip,bip, entra en el coche.
El bulto de la cartera dentro de su americana serena al señor Jenofonte, que levanta un brazo seco y duro, como la rama de un árbol viejo, y para con premura un taxi.
Al taxista González le relaja el balanceo del ambientador de pino. Se sabe que es de pino por la forma, no por el olor, que se perdió hace tiempo con tanta ida y venida. Dentro del coche flota todavía el perfume pesado de la señora maqueada que acaba de dejar en la esquina de Urgell con Mallorca. Pasa por delante de la escuela industrial, lamentándose de lo que pudo ser y no fue, y divisa allá delante el brazo flaco del señor Jenofonte, tieso e ineludible como el saludo de un fascista.
-¿A dónde?- pregunta González. Tiene la voz cansada de tantas veces que ha repetido las mismas palabras.
-Siga a ése coche [...]"
DESCARGA EL RELATO COMPLETO CLICKANDO AQUÍ:
Si os ha gustado, enviadlo a un amigo, por favor. A ver si la lista de “seguidores del murciélago” crece, o por lo menos gano algún lector.
Os lo agradeceré eternamente… o al menos hasta que termine en la fosa.
Volved pronto. Yo aquí estaré, con…
¡UN CUENTO A
El relato quedo redondo y lo dejaste varado a Jenofonte en la esquina "ad infinitum" el taxista quedo definido en aquello -que ya no escuchan el claxon- bastante verosimil para ser fantastica.
ResponderEliminarsaludos
Buenos dias.
ResponderEliminarMe presento como un apasionado de la literatura. De toda!! me da igual lo que caiga en mis manos, todo me lo leo. Es una delicia acostarse y cojer el sueño con un libro o aprovechar los ratitos del metro leyendo.
El otro dia econtre una web donde se puede comprar libros online y que tiene un amplio catalogo de libros ordenados por temas. Libros de arte, arquitectura, miliaria, fotografia, cine, etc...
Espero que os guste mi aporte al blog.
Un saludo y enhorabuena por el blog.
Me gustó el relato. Entiendo que se trató de representar el problema existencial de cada uno de los personajes en medio de una confusión donde toma parte lo real y lo imaginario. Es una combinación que puede dar múltiples interpretaciones ya que puede realizarse múltiples lecturas en un escenario donde todo puede ser. Es una cadena que desemboca en sí misma originando una secuencia sin fin. Al final nada queda resuelto. De esta manera se le da participación al lector para que interactúe con el relato y cree explicaciones que le darían su toque personal.
ResponderEliminar¿Es así? ¿Me gané la dedicación del próximo cuento? ¡Saludos y buena semana para todos!
Como siempre, un relato perfecto, ¡¡y encima te hace pensar y te convierte en mejor persona!!
ResponderEliminarHabrá que comentarlo frente una Moritz...
Txemita, bienvenido. Se agradece tu entrada. vuelve cuando quieras.
ResponderEliminarMAestro Pelínkano; tus halagos son mi orgullo. Juntos haremos ver al mundo EL ESPLENDOR.
GAB y PERSIS: "el relato quedó redondo", "secuencia sin fin"... Ambos habéis acertado. Gracias por haber leído el cuento y haberos molestado en analizarlo formalmente.
Por supuesto, el próximo estará dedicado a los dos.
Un abrazo a todos.