Hoy, víspera de Reyes, vengo con un relato especial para día tan señalado.
Es curioso que las Navidades me sean tan odiadas, y que el día de reyes tenga algo de entrañable e infantil que no puedo sacudirme de la cabeza. La sensación de ser todavía un crío. La ilusión de hacer un regalo a los seres queridos, una muestra de aprecio anual (para mí más importante que el cumpleaños) y ver la cara que ponen al rasgar el papel de regalo. La obligación de romperte la cabeza buscando el obsequio perfecto para cada cuál contando con un modesto presupuesto.
No puedo evitarlo. Me encanta el día de Reyes. Soy un murciélago infantil, pero esa es la verdad y no me avergüenzo aunque me veáis rojo.
Antes de dejaros el relato quería explicaros algo. Ya os he hablado del club de cuentistas al que yo solía acudir. Pues bien, hubo un tiempo en el que nos dio por hacer lecturas públicas en un bar. Fueron dos o tres veces, creo recordar, luego la cosa, no sé por qué, acabó fastidiándose. La cuestión es que estábamos en el bareto. Un tipo al que no conocía, leía un aburridísimo e interminable cuento. Bueno, no digo que el relato no pudiera estar bien si uno lo pudiera leer en la tranquilidad de su sillón favorito, pero es difícil seguir una historia larga si no la lees tú mismo. Los lugareños dejaron de prestar atención pronto, lo mismo que yo, aguantando la lectura con estoicismo mientras charlaban en voz baja.
Yo no quería aburrir al personal y había escogido unos pocos cuentecitos muy breves y cachondos para ver si la gente reía o no. Los leí con gran apuro, con miedo al fracaso, pero los parroquianos estallaron en carcajadas y pidieron más. Así que seguí leyendo unos pocos, todos en plan gracioso, gamberro, casi chistes literarios. Joder, en un bar no te vas a poner en plan existencial ¿no?
El caso es que cuando ya había terminado volvieron a insistir. Así que me dije: “Ah, ¿con que queréis más?”. Y leí el relato de hoy.
La reacción fue genuina y me gustó provocarla. Al principio la gente no sabía si lanzarme botellas a la cabeza o echarse a reír. Después de tanto chiste, no comprendían. Luego entendieron que no había maldad en mis palabras (tan sólo la del narrador que quiere provocar al lector), sino una denuncia. Y cuando pasaron unos segundos interminables en silencio, empezaron a aplaudir. Posiblemente ése día supuso mi mayor éxito como cuentista, porque supe que me habían entendido, que estaban conmigo, que los tenía en el bolsillo. Fue maravilloso.
En fin, aquí os dejo aquel cuento. Espero que sepáis juzgarlo bien. Eso es cosa vuestra, que se supone que ya sois mayorcitos. Pero dejad vuestros comentarios y opiniones sin cortaros un pelo.
"He pedido a los reyes muchas cosas. Mi mamá dice que me he portado muy bien, así que este año no toca carbón. Me van a traer un muñeco de Spiderman que se engancha a las paredes como el de verdad, un tinky-boy con su tinky-móvil, una espada láser que hace sonidos especiales, un Robotmaster y también un Ganyi-magic, que es como un duende que te cuenta cuentos y que mueve las orejas.
Mi rey favorito es Gaspar, el rubio. Una vez pregunté a papá porqué Baltasar era negro, y me dijo que porque no se lava. Mi papá dice que todos los negros huelen mal porque son como los monos del zoo, sólo que pueden hablar. Dice que deberían mandarlos a todos a su país. Aunque cuando le pregunté qué país era ése se quedo muy callado y luego se enfadó mucho conmigo.
Esta noche voy a preparar los turrones para los reyes y sus camellos (que sólo dejan las miguitas), y voy a dejar un vasito de leche para cada rey. Voy a escribir sus nombres en los vasos para que no se confundan. No quiero que le pase nada a Gaspar, porque le voy a echar a la leche de Baltasar un poco de eso que usa mi mamá para fregar el suelo, que un día me dijo que no lo beba nunca porque me podría morir.
Así aprenderá ese negro que aquí no le queremos, por muy rey que sea".
Espero que os haya gustado. Si no, pues nada. ¿Serviría de algo pedir perdón? Este murciélago malvado sigue los dictados de su naturaleza animal.
Os pido el favor de siempre: ENVIAD EL RELATO A TODOS VUESTROS AMIGOS. SERÁ NUESTRO REGALO DE REYES.
Espero que os traigan muchas cosas, no todas malas, y algún que otro libro de relatos. No os olvidéis de la lectura o se os oxidará el cerebro.
Os espero pronto con…
¡UN CUENTO A LA SEMANA!
jojojo
ResponderEliminarjoer con el pequeño hitler!
me alegro q te gustara lástima q no me diera tiempo ha hacerle una a nuestro amigo microondas.
ciao!!
Es un cuento genial. La gente debería pensarse más qué le cuenta a sus hijos más allá de prohibirles ver dibujos animados.
ResponderEliminarUna dura crítica, muy acertada.
Espero que los sabios persas te hayan traído lo que querías.
Petonets
uff, después de ver This is england hace poco y ahora leer tu cuento, es demasiao pobre baltasar (mi favorito), los niños son tan inocentes pero éste tenía su mala leche; no como mi sobrino que me dice: —que raro me han traido un cuento para dibujar que no había pedido en la carta de los reyes...— Viva la inocencia a ver cuantos años dura. Saludines.
ResponderEliminarMuy acertado. Como "mama" el cuento me ha encantado. Está claro que los niños son reflejo de sus padres, y en muchas ocasiones, con tan mala suerte que, eligen la opción más desafortunada.
ResponderEliminarUn saludo.
Perdón pero no sé cómo tomar el cuento. No lo siento como denuncia contra el racismo, por el contrario.
ResponderEliminarNo te ofendas por mis palabras, se advierte tu gran capacidad para narrar, sólo que la sensación que me deja es negativa.
Bueno, yo si lo veo como una crítica, más que al racismo a la educación que algunos padres dan a sus hijos, pero teniendo en cuenta que soy un desequilibrado no se...
ResponderEliminar;)
Si que eres un desequilibradoo! jajajaj! El cuento colega tiene su punto! a mi me ha molado, y refleja muy bien esa crítica al racismo. Pero lo bueno de los cuentos es que ha cada uno le puede a portar o verlo de muchas formas distintas. Pero no comparto que los niño son el reflejo de los padres, por suerte!!
ResponderEliminarBueno espero con impaciencia uno de zombies! jejej!
J.
Conmigo se han portado muy bien los reyes.
ResponderEliminarME ha encantado el relato,
Con vuestro permiso les dejo una invitación:
Hemos empezado un proyecto de radio desde casa y desde el blog.
Os animamos a participar en el Radio blog: Luz de gas
http://juan-duque.blogspot.com/
Este sábado de 13 a 16 horas españolas.
Nos encantaría contar con ustedes
¡¡¡UAUHHH!!!
ResponderEliminar¿Pero qué es esto? ¿Me tiro dos días sin mirar el Blog y me hacéis 9 comentarios?
De puta madre. Vamos por partes:
Elva: disfruta la tranquilidad y la calma... y aprovecha para dibujar mucho.
MAriana Alvez: Estupendo, me alegra leerlo. siendo así me daré un paseo de vez en cuando por la tuya, a ver qué me escribes. Muchas gracias.
Anna Raven: halagado quedo, guapa. Y sí, me han traído lo que quería y más... Espero que a tí también.
MAria, NK... Ahh, la ignorancia y la mala baba de los padres deforma la inocencia de los hijos. Una lástima, pero es así.
Persis: No me ofendo, tranquila. sé que le cuento suena mal. siento que lo hayas tomado por raciasta cuando no va por ahí, pero ya contaba con que habría gente a la que no llegara. como dice el MAestro Pelínkano, lo que buscaba era más hacer la radiografía de un futuro racista. Buscar el por qué.
En todo caso sigue volviendo por aquí cuando quieras. Serás bienvenida.
MAestro: es cierto que está usted un poco desequilibrado. Me he dado cuenta de que camina un poco escorado a la izquierda, como yo.
J: Has dado en el clavo. La literatura debe verse desde los infinitos prismas del lector. No debe ser una verdad definitiva, sino una verdad narrativa. algo que va de lo universal y que el lector transforma en algo personal.
LUZ DE GAS: Me alegro lo de los reyes. ME supo mal, porque tenía cierta curiosidad, pero a esa hora estaba ocupado. Estaré al loro de tu Blog.
xAVI: Si creas un Blog más te dedicaré una sección para ti solito, macho.
En fin, me alegro de todos vuestros comentario. Normalmente nadie dice nada, así que quedo honrado por tanta opinión.
¡UN ABRAZO A TODOS!
¡Gracias por tus palabras! Seguiré visitando el sitio y leyendo tus cuentos que están muy bien logrados. ¡Fijate qué alboroto se armó con uno solo! Saludos
ResponderEliminarniño, si la otra vez te aplaudieron, esta vez no podía ser menos, de ahí tantos comentarios, uoooh, un abrazo y a seguir así, no el niño y el padre, sinó tú, y tus escritos, campeón
ResponderEliminarComo ya te he dicho varias veces me encanta tu ironía, tu forma de narrar historias através de la inocente vision de un niño... Por cierto, Baltasar era de Africa por eso era negro.
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