Hoy estoy especialmente contento porque debo anunciaros que soy:
FINALISTA DEL CONCURSO DE RELATOS “HUCHA DE ORO”.
Bueno, ya lo sabía hace un par de semanas, pero estaba esperando la oportunidad de regalaros el relato que ha conseguido semejante hazaña. Con lo egocéntrico que es este pobre murciélago colorado, podéis imaginar lo que me ha costado morderme la lengua durante tanto tiempo. Aún así, debo reconocer que comparto el puesto de finalista con unos cuantos escritores más, a los que estoy deseando leer. Y es que se editará un libro con todos los relatos seleccionados.
Esto de los concursos es muy curioso. Uno se pasa la vida enviando relatos, y cuando parece que ya no te quedan fuerzas para seguir, va y suena la campana. Ganas un pequeño concurso, te sube la moral y sigues adelante. No me malinterpretéis, yo seguiría adelante aunque me arrancaran las dos manos, pero sienta bien que se te reconozca tu trabajo. De todas formas, uno casi nunca sabe como acertar; y es que para ganar un concurso literario se necesita algo más que calidad. Puede que el jurado esté compuesto por escritores, o bien por otra clase de profesionales, cada cuál con sus gustos y preferencias. Puede que haya cientos de relatos por leer, y eso fatiga a cualquiera. Puede que la dirección del concurso busque un tema en particular para cerrar el certamen y tú no hayas acertado, puede que cuando lean tu cuento estén de buen humor, o que ese día se sientan estreñidos. En definitiva, que uno nunca sabe. Uno confía en sí mismo, pero nunca tiene la seguridad, así que toca probar y probar, y escribir, y escribir, hasta que el cajón rebose de cuentos; unos geniales y otros ponzoñosos. Pero el show debe continuar, como decía la canción.
Yo creo que el éxito es un efecto de la constancia, no sólo del talento. Sin algo de talento no se puede escribir, pero aunque tengas un talento natural, aunque seas un puñetero genio... sin trabajo y paciencia no llegarás a ninguna parte (si es que al final tu destino es llegar).
A este cuento en particular le tengo un especial aprecio porque me costó mucho escribirlo. Sudé tinta, que se dice, para que no saliera una cosa maniquea, llena de prejuicios, sino más bien realista. Pero ahí está, un relato sobre la guerra civil, concretamente sobre los Maquis, los últimos que resistieron, luchando hasta el final.
Se lo dedico a la memoria de aquellos hombres, que dejaron la piel en el monte.
Y por supuesto, también a mi prima Miriam, que a lo mejor me lee desde Suiza, por haberme dado la información sobre el concurso. ¡Un abrazo, Miriam!
"Fermín escucha jadeos y una especie de silbido raro y todavía tarda un poco en darse cuenta de que es él mismo quien los produce. Está cansado y le cuesta respirar. Se apoya un momento en el tronco de un castaño para recuperar el aliento. Un minutito sólo, un minutito y sigo. Se palpa donde no debe y siente un pinchazo caliente y húmedo, y siente que se le escapa el alma. Así que se impulsa con fuerza adelante porque tiene miedo de que le flaqueen las piernas si se para demasiado, que lo menos vienen cincuenta detrás. Yo me conozco esta sierra y ellos no, se dice, ellos no. Pero cree escuchar, allá lejos, el capote de los civiles y el tintineo de las hebillas y los fusiles [...]".
Si os ha gustado, ya sabéis, enviadlo a un amigo. Que dé la vuelta al mundo si es posible.
La semana que viene estaré aquí de nuevo, escribiendo para mí y también para vosotros; una pequeña rata voladora que odia el blanco nuclear de la página y actúa en consecuencia. Os espero pronto con:
¡UN CUENTO A LA SEMANA!
Enhorabuena!
ResponderEliminarPues si, tiene que ser un subidón.
Yo tengo otra cosa para ti en mi blog, es más humilde, pero es mía :D
Un beso
Todo un detallazo.
ResponderEliminarY un buen regalo.
Punto positivo para la amiga RKL Archer.
Ya se está haciendo habitual esto de felicitarte. ¿Será que los jueces de los concursos tienen más vista que los editores?
ResponderEliminar¡¡¡Muchas felicidades!!!
ResponderEliminarSiempre hacer mucha ilusión eso de ganar certámenes es una buena manera de tener ánimos para seguir dandole.
Un saludo,
Pedro.
ps: ya me dirás que te pareció la revista.
Gracias, MAestro Pelínkano y PEdro.
ResponderEliminarSeguiremos en ello y tal vez lleguemos al ESPLENDOR.
PEdro, lo tengo en mis lecturas pendientes, pero te diré algo.
¡Un abrazo!