Buenos días, amigos del murciélago.
Esta semana seguiremos explotando un poco más el tema del buen ladrón.
La moralidad es un concepto curvo y relativo, como el tiempo según Einstein y compañía.
La sociedad nos instruye sobre lo que está bien y lo que está mal desde pequeños. Pero a la larga uno tiene la sensación de que hay un baremos interno que es el único fiable. Que las enseñanzas están bien como base, pero suelen ser frívolas, destinadas más a aparentar una serie de aptitudes y actitudes sociales que a dotar de fondo moral tus futuras acciones.
En definitiva, uno descubre lo que está bien y lo que está mal viviendo, y poco a poco escoge su camino.
En ese sentido, llegada cierta edad, hay quien comienza a practicar en la cotidianía, una suerte de justicia personal.
Ahí tenemos a nuestro protagonista y a Jonás Salazar.
EN ANTERIORES CAPÍTULOS:
Nuestro protagonista, un político un tanto especial, explica como Jonás Salazar, su mentor, lo fue instruyendo poco a poco en el arte de la "justicia social".
EL HOMBRE HONRADO.
Parte 3.
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He de decir que el disgusto duró más bien poco. Por la noche, al volver del bar me encontré una nota sobre la almohada de mi cama. Mi amigo me pedía perdón por el berrinche y me invitaba a comer al día siguiente para agradecerme el regalo que le había hecho. La nota no decía dónde íbamos a comer, pero sí que prometía que no me iba a arrepentir [...]
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Antes de despedirme quisiera recordar que podéis dejar vuestros comentarios en este Blog (por favor, Facebook es sólo una herramienta, la base es este Blog). sobre todo aquellos que expliquen cómo robásteis algo en un momento de vuestra vida.
Volveré con más. No digáis luego que no aviso.
¡UN CUENTO A LA SEMANA!
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