Como ya sabréis, tuve algunos problemillas la semana pasada, y además, el último relato que colgué daba problemas de descarga. Lo reconozco, soy un torpe con los ordenadores, pero hábil cazando moscas a oscuras (entre otras cosas).
Ah, pero aunque soy algo chuleta no os preocupéis. Todo es broma. No dejaré que me pase como al protagonista de nuestro siguiente cuento.
Porque lo prometido es deuda. Dije que esta semana colgaría dos cuentos, y ahí va el primero. Un tanto freak, como ya os comenté.
Normalmente, los relatos que yo llamo "freaks" no suelen gustar demasiado a los lectores más serios. Escojo personajes y temas que tienen mucho que ver con mis obsesiones más infantiles y juego con ellos. Muchas veces por pura diversión, con un interés lúdico. Sin embargo, siempre intento llegar algo más lejos. De forma que, cada lector ve lo que quiere ver. A veces, detrás de tanta frivolidad, puede haber algo más. Claro que otras veces no hay más que lo que lees.
Pero veo que ya me estoy enrollando y no estoy aquí para aburrir a nadie, y mucho menos a mí mismo. Eso sería un pecado mortal.
En todo caso os dejo con este relatito breve:
"El dieciséis de enero del 2005, Luang Xiang Sun llegó por fin a la maestría es su arte.
Desde que tuvo uso de razón practicó Wu Shu tradicional chino con diferentes maestros, estudió los diferentes estilos y memorizó todos los escritos Shaolin sobre el arte de la lucha, sin perseguir otra cosa que no fuera la perfección; el equilibrio sublime entre cuerpo y mente.
Sintiéndose preparado, se plantó en la vía del tren de la estación de Wuyuan, en la provincia de Jiangxi, y anunció, ante los sorprendidos aldeanos, que se proponía detener el tren, que ya se acercaba a una velocidad de ciento sesenta kilómetros por hora, con su técnica de Wu Shu. De poco sirvieron las voces, las advertencias de aquellas buenas gentes, ni el silbato de la locomotora que pudo oírse en todo el valle. Luang Xiang Sun se atusó el bigote y sonrió condescendiente. Cogió aire y proyectó todo su chi a través de su brazo derecho, en dirección a su puño, que salió disparado en dirección al tren.
Y el tren, que apenas había logrado reducir su velocidad a ciento treinta y cinco kilómetros por hora, lo arroyó.
Algunos testigos de la tragedia declararon que, sin duda, se trataba de un loco. Otros, entendidos del arte del Wu Shu, que la ejecución del golpe fue perfecta, pero que hubo un momento de vacilación en el instante decisivo, y eso fue la perdición del maestro. Los más sensatos dijeron que no fue el tren, sino la soberbia, la causa de su muerte.
Lo que sí es seguro es que Luang Xiang Sun logró su propósito, pues el maquinista no tuvo más remedio que detener la máquina para que los servicios de urgencias retiraran sus restos".
LA MAESTRÍA ES UN SUEÑO ALCANZABLE.
Y por hoy está bien. Ya sabéis el precio que os pido por descargaros mis relatos, sean freaks o no; si os ha gustado la lectura podéis enviarlos por mail a un amigo. El murciélago necesita lectores.
En fin, no os cortéis en pasar por quí de nuevo, que esta semana colgaré otro cuentecito. Ahora seguiré cazando moscas al vuelo. Portáos bien mal.
¡UN CUENTO A LA SEMANA!
pos a mi me a gustado.
ResponderEliminarya te traeré más sobre Anansi al curro, tengo el escaner chungo...asi que mi blog anda un poco parado..
Bones Vacances!
buena caza de moscas!
Coincido, a mi me ha gustado.
ResponderEliminarPor cierto, ¿Freaky? ¿El Murciélago Rojo? PARA NADA!!! Cuando escribas un cuento en Klingon entonces empezaremos a verte como tal... jajajaja
PD: Yo busco la perfección en el Munchkin, pero algún abusón no me permite desarrollar mis habilidades...
Genial, chicos.
ResponderEliminarElva, tu trabajo genial y estoy deseando ver más. si el martes no estás en París nos veremos por la oficina. Gracias por pasarte por la cueva del murciélago, eres bienvenida siempre que quieras.
MAestro Pelínkano, responderé a su acusación en Klingon: ska tu cuet la singhiarxhiao jastun, klatto barada niktó, munchkin padawan.
Seguro que puedes comprar un diccionario inglés -Klingon en alguna Web americana, luego tendrás que comprar un diccionario inglés-castellano en alguna librería barcelonesa. Es mucho curro, lo sé, pero el saber no ocupa lugar.
Un abrazo a los dos.