Estoy aquí de nuevo con el cuento de la semana.
Puesto que he comprobado que muchos de mis lectores (los tres o cuatro que me léian) están de vacaiones, he decidido ir colgando una buena tanda de relatos muy breves, y de microrelatos, para que no se les acumule la faena a la vuelta. Soy un murciélago de buen corazón, es algo que no puedo remediar.
El relato breve es todo un arte. Pongamos que dispones de una página para contar una historia. ¿Cómo hacerlo para que no quede forzada? Pongamos que quieres presentarte a un concurso. Aún peor, porque te piden un relato de 150 palabras. ¿Sabéis lo que es eso? Más o menos una línea y media o dos líneas. ¿Eres capaz de contar algo en tan poco espacio? ¿Sabrás decidir qué es lo que se puede decir y lo que no? ¿Sabrás ecoger las palabras? Ah, amigos. Es una disciplina dura, desde luego.
Empezaré con un relato breve. Cortito, pero que no llega a lo que yo considero como "microrelato". Después ya veremos qué pasa. Uno nunca sabe que nueva obra va a colgar en la cueva para que todos sus amigos puedan contemplarla.
Os dejo el relato completo. Si os gusta podéis descargarlo, igual que siempre, y enviarlo a todos vuestros amiguetes. Aquí tenéis:
SABE TAN MAL PEDIR PERDÓN.
"El hermano menor estaba tras él. No podía verlo, pero estaba seguro de que sonreía, disfrutando del espectáculo, como siempre que mamá le regañaba. Ya le ajustaría las cuentas.
-Ya está bien de peleas. A ver ¿porqué pegas a tu hermano? ¿No ves que es más pequeño y le puedes hacer daño?
-Pero mamá, yo sólo quería jugar con sus juguetes- se defendió él-. Le he pedido permiso, de verdad, pero él no me los deja. Prefiere jugar con ése amigo invisible suyo…
-¡No me vengas con excusas! ¡Él es un buen hijo y se porta bien, y tú siempre me tienes que dar el sofocón! Ahora quiero que pidas perdón a tu hermano y que prometas que no lo volverás a hacer.
-Pero… ¡Pero no es justo!
-¿Me vas a hablar de justicia a mí? ¿En serio quieres que hablemos de justicia?
Se mordió la lengua. Ya conocía la historia. La había escuchado millones de veces.
-¿Y bien? Estamos esperando.
Tuvo que tragarse su orgullo una vez más. Al girarse hacia el hermano menor comprobó que, tal como esperaba, lucía su sonrisa santurrona. Las palabras salieron de su boca, pero le supieron a hiel.
-Perdóname, Abel- dijo-. Perdóname. No lo volveré a hacer".
Volved pronto, que aquí estaré. Sí, con...
¡UN CUENTO A LA SEMANA!
Este relatito tiene toda tu firma! La foto le va perfecta!
ResponderEliminarUn besi artista!
J.
El relato breve y el microrrelato me parecen una de las cosas más complicadas de la literatura.
ResponderEliminarComplicada pero no imposible. Al toro!!
;)
Gracias, chicas.
ResponderEliminarSí, Rachel, complicado pero no imposible. Ánimo a tí también, murciélaga!
Seguid visitandome.
Un abrazo de alas correosas.
Bueno, me voy poniendo al dia poco a poco. Genial el cuento, y la curiosidad me pica ¿En que momento te dió la inspiración? Pk no creo que tu madre te llevara a misa de 12.
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